Lo
hemos visto, lo hemos oído, incluso lo podíamos haber imaginado antes de que
ocurriera: Francia ha reaccionado a los salvajes asesinatos con orgullo
nacional, con patriotismo, con unidad. La Marsellesa se ha convertido en el
himno de los que luchan contra el terror, los colores de la bandera francesa,
el símbolo de la resistencia y la fortaleza ante la barbarie irracional de los
yihadistas.
Comenta
Cayetano González en Libertad Digital que siente envidia sana cuando compara la
reacción francesa y la española tras el 11M. No sé si la envidia puede ser sana
alguna vez, pero lo que seguro no tiene que ser sano ni para para quien lo dice,
ni para quien lo escucha son las palabras de Willy Toledo tras el suceso:
“Hollande es responsable” o las de Beatriz Talegón: “La OTAN también es
culpable” o las de Máximo Pradera: “ISIS es el hijo monstruoso del trío de las
Azores”. Aquellos que justifican actos sólo movidos por el odio, solo pueden
estar motivados por resentimiento. Aquellos que convierten a las víctimas en
culpables solo pueden ser esclavos de un sectarismo ideológico de lo más
perverso.
Spain
is different. Reconozcámoslo, no todos somos capaces de aceptar que nada
justifica, ni siquiera motiva, actos de crueldad infinita. No todos somos
capaces de ver que actos como los de París no se deben a ningún acto político
concreto, a ningún error de Occidente, ni de sus líderes, a ninguna razón,
porque en suma son actos de lo más irracional. Son actos de barbarie, actos
solo motivados por sentimientos, por pasiones, por instintos asesinos, por ira,
odio, por lo más bajo en que puede caer el ser humano.
No
todos lo hemos comprendido y eso hace que se entiendan muchas cosas. Si entre
nosotros hay gente que es capaz de justificar actos así y de utilizarlos para
dividirnos ¿Qué podemos esperar de ellos cuando la unidad de España se
cuestiona? ¿Qué racionalidad podemos esperar de ellos cuando critican el
“sistema” establecido? ¿Qué credibilidad les podemos dar cuando dicen que
buscan el bien social y la igualdad, si ni siquiera somos iguales para rechazar
lo más ruin del ser humano? Está claro: no PODEMOS darles ninguna, si ni
siquiera son capaces de identificar los actos del odio.
Hace
poco más de un mes, escuchábamos las críticas a nuestra fiesta nacional, el
rechazo a nuestra historia y a nuestro orgullo patrio de algunos destacados
dirigentes políticos, ¿Cómo esperar de ellos que se agarren a la bandera cuando
nos amenazan a todos? No entienden que la bandera está para estas cosas, para
cuando de verdad la nación está amenazada; para que sirva de símbolo de unidad
y de fortaleza. Otros usan la suya para dividir, para diferenciarse de los que
piensan que no son como ellos. Y otros la pasean cuando ganan al futbol; pero
los franceses saben para que sirve, y como los franceses lo saben los
estadounidenses, y los británicos… y los alemanes, y los rusos y hasta los
tunecinos tiraron de orgullo patriótico cuando fueron golpeados por los
yihadistas.
Porque
si de algo es culpable Occidente, no es de crear yihadistas, sino de abandonar
a todos los que con escasos recursos luchan desde hace años contra ellos en
Libia, en Irak, en Siria y en otros lugares. Porque, aunque no se entere ni
Willy Toledo, ni Talegón, ni otros muchos; las primeras víctimas de los
yihadistas han sido los habitantes de aquellos países, muchos musulmanes y
otros muchos cristianos también, asesinados diariamente
en aquellas partes del mundo y olvidados en ésta nuestra llamada Occidente.
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