viernes, 2 de octubre de 2015

FIN DEL PLAN DE CONCILIACION LABORAL Y FAMILIAR



 El pasado 22 de septiembre el Inspector General de Sanidad dió la orden de suspender la exención de participar en Operaciones en el Exterior a todo el personal del Cuerpo Militar de Sanidad (CMS) que disfrutaba de la situación de guarda legal. La medida, que probablemente va a traer cola, pone al descubierto dos carencias extremadamente importantes: la inviabilidad del sistema de conciliación laboral y familiar y la grave escasez de recursos humanos del citado Cuerpo que ha llevado a tomar tan extrema medida. La decisión se ha justificado en necesidades del servicio. Pero en este caso las necesidades del servicio son el servicio en sí mismo, puesto que ha sido todo el CMS el que ha quedado privado de este dispendio. El cacareado plan de conciliación laboral y familiar, bandera de la campaña de captación del Ministerio de Defensa, ha empezado a hacer aguas.

La situación de guarda legal supone la exclusión de participar en misiones en el exterior y de la realización de servicios ó guardias, además de una reducción del horario laboral. Para solicitarlo basta tener un hijo menor de doce años y ambos cónyuges trabajando. Un militar excluido de operaciones y servicios tiene un rendimiento ínfimo. Sólo es válido en una oficina. El militar tiene una profesión esencialmente diferente a las demás. Su labor principal es la operativa y no la administrativa, especialmente mientras aún está en la juventud, que por otra parte es también cuando suelen tenerse hijos de corta edad. También hay militares ocupando otros puestos no operativos pero sólo existen en la medida que son necesarios para apoyar las operaciones, la verdadera razón de ser de los Ejércitos. Los militares pueden disponer de médicos civiles en “casa”, pero necesitan una sanidad militar en las operaciones. El CMS no es el único caso. Por ejemplo, los militares de más baja graduación: los soldados y marineros, son necesarios fundamentalmente para nutrir las Unidades y los Buques.  Hay muchos en destinos no operativos, pero son aquellos la razón de ser de su existencia. Necesitamos marineros para los barcos; para limpiar alojamientos, repartir comidas, hacer fotocopias ó mantener las instalaciones podríamos contratar civiles, sea ó no conveniente hacerlo.



 En la práctica, cuando un marinero se acoge a un permiso de guarda legal deja de ser rentable a la Armada. Si se les ha podido conceder era por que el número de afectados era bajo y el resto de la marinería podía compensarlo. Con el CMS la cosa cambia, las mujeres son mayoría y se acogen a la situación de guarda legal. En consecuencia el número de médicos ó enfermeros disponibles para operaciones ó servicios estaba siendo menos de la mitad de los que componían la plantilla. La situación provocaba serios agravios que se traducían en más desmotivación, en un Cuerpo que por diversas razones atravesaba ya una crisis importante por falta de recursos humanos. Algunos Comandantes advirtieron hace ya tiempo de la anómala situación que suponía tener en su plantilla a personal que no podía navegar ó ir a operaciones, situación que por cierto puede durar bastantes años.



La cuestión de fondo es que no sólo el sistema es insostenible para el CMS. La entrada de mujeres de forma masiva en las Fuerzas Armadas traería el mismo problema a todos los Cuerpos y Escalas de los Ejércitos. Paradójicamente lo que ha sido un reclamo para captar a más mujeres dentro de las Fuerzas Armadas puede hacerse inviable si logra su propósito. Muchas mujeres militares, sino la mayoría, están casadas con militares. Ambos cónyuges no pueden estar disponibles para operaciones al mismo tiempo y cuidar de sus hijos. A nadie se le obliga a ser militar, ni a casarse con otro militar, ni a tener hijos, aunque desde el punto de vista de la motivación ignorar esta realidad puede pasar seria factura. En todo caso la solución debe ser integral, no debe haber todo un Cuerpo que no disfruta de ese privilegio y el resto sí.



Publicado en Atenea diciembre de 2010:




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